Ayer llegaste, y con tu llegada, mi equilibrio, mi cordura, mi plenitud. Como el aire fresco que que renueva el aire viciado al abrir una ventana tras una enfermedad.
Acabas de marcharte,
me he quedado como las locas de las películas antiguas, que buscaban desesperadamente algo, sin saber que, el bebé perdido, las llaves del coche olvidadas o esa sensación que te invade a veces cuando vas a cerrar la puerta de la casa, como que se te ha olvidado algo....
Y quizá ahora que lo pienso, sea al revés, todo da la vuelta a veces, e irónicamente sigue igual, que no puedo olvidar el olor de tu pelo, el calor de tu piel, el vibrar del roce de las yemas de tus dedos con los míos y su electricidad, y es que me siento incompleto sin ti.
Ahora, en tu lado de la cama, a oscuras, me tapo los oídos para sentir mi respiración como una extraña cacofonía ajena a mi ser, imaginando que es otro respirar.
Buenos días, buenas tardes o buenas noches. Tuyo, yo.
--- Ya sabes algo mas, pero no lo sabes todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario